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Bebé prematuro

Vivir en una incubadora

Una incubadora es la primera cuna de un bebé prematuro. Cada 17 de noviembre se celebra el Día Internacional del Niño Prematuro. Algunos tenemos mucho que celebrar y otros no tanto. Estos días internacionales se establecen con un objetivo claro: llamar la atención sobre una circunstancia, la de nacer antes de tiempo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió en 2009 establecer el 17 de noviembre como el Día Internacional del Niño Prematuro. Por un hecho claro, cada año nacen 15 millones de bebés prematuros. En España, unos 28.000 bebés al año.

Cuando nace un bebé prematuro, en la mayoría de los casos, pasan de estar en la barriga de mamá a estar en una incubadora. Pero, ¿Qué sabemos de las incubadoras? ¿Cuándo se inventaron? ¿Quién las inventó?

Historia de una incubadora

Para sorpresa de muchos, la incubadora no es un invento moderno. Fue inventada a mediados del siglo XIX, por un médico francés, Tarnier, que trabajaba en una maternidad de París. Diseñó una incubadora un tanto rudimentaria, con dos compartimentos, uno que contenía agua caliente y en el otro se metía al bebé prematuro. Gracias a su invento, las tasas de mortalidad de bebés prematuros empezaron a reducirse de forma notable. Un discípulo suyo recogió en un manual los cuidados básicos que debía recibir un prematuro.

Pero quien realmente extendió el uso de las incubadoras para los bebés nacidos prematuramente, fue otro médico francés, que en la Exposición Universal de Berlín de 1896 exhibió algunas de las incubadoras que se habían desarrollado en los últimos años. Posteriormente, emigró a Estados Unidos, donde organizó exposiciones con bebés metidos en incubadoras (ahora, esto sería impensable). Por entonces, se exhibían bebés prematuros como «rarezas de la naturaleza».

Como curiosidad, las incubadoras no llegaron a los hospitales estadounidenses hasta 1939, así que si una familia tenía un bebé prematuro y albergaba alguna esperanza de vida, tenía que llevarlo a estas exposiciones donde este médico y su equipo les prestaban los cuidados intensivos que precisasen. Con la apertura de esta UCIN en el hospital de Nueva York, se consiguieron cerrar las exhibiciones «circenses» de bebés en incubadoras.

La función «vital» de la incubadora

La función principal de una incubadora es que acoja al bebé que ha abandonado el útero materno antes de tiempo por las circunstancias que sean. Para ello, las incubadoras crean un ambiente de temperatura y humedad adecuado para el recién nacido. Además, crea un ambiente estéril para el bebé.

Todos sabemos cómo es una incubadora. El que más o el que menos ha visto fotos y algunos tenemos la «suerte» de conocerlo de cerca. Es una caja de plástico, con unos orificios en los laterales por los que se meten los brazos para poder «manipular» al bebé. Hay que tener en cuenta que hay bebés prematuros que están intubados porque necesitan que se les ayude a respirar, por la inmadurez de sus pulmones o que comen a través de una sonda porque no tienen fuerza para agarrarse al pecho de su mamá. Todos están monitorizados, para controlar sus constantes, tienen vías… y, por supuesto, hay que cambiarles el pañal de vez en cuando.

Incubadora moderna

Las incubadoras les regulan el oxígeno, la temperatura, les «arropa» como si estuviesen aún en la barriga de mamá,… También les aíslan de gérmenes y bacterias. En definitiva, les ayudan a madurar hasta que puedan vivir fuera de ese ambiente protegido.

Cuando nació el #pequeñoguerrero, hay muchos momentos inolvidables de esos 72 días en la UCIN, pero creo que hay dos que destacan sobre los demás: la primera vez que le vi en la incubadora, me daba casi hasta miedo acercarme. Y el día que le pasaron a cuna y abandonó la incubadora para siempre.

¿Cómo recordáis el paso de vuestros pequeños guerreros por la incubadora?

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Os dejo un par de links de dos posts que escribí hace tiempo relacionados con este tema, por si os interesa seguir leyendo sobre este tema:

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3 comentarios sobre “Vivir en una incubadora”

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