Trabajando la frustración
Bebé prematuro

Trabajando la frustración

Educar a nuestros hijos es una de las tareas más difíciles que nos trae la maternidad. Muchas situaciones de nuestra vida diaria nos generan agobio, angustia, tranquilidad o frustración. La frustración se define como la imposibilidad de satisfacer una necesidad o un deseo. Nuestros hijos, sobre todo a edades muy tempranas, no entienden de esperar o de qué se puede hacer o no hacer. Solo entienden aquello de «lo quiero aquí y ahora»

Frustración
Frustración

La semana pasada tuvimos la reunión de padres con la tutora de nuestro hijo mediano. Allí estábamos unos 20-30 padres dispuestos a oír lo simpáticos que son los 25 niños que la maestra tiene en el aula, sus ocurrencias y lo bien que lo hacen todo. Según un email que nos envió, haría un repaso del primer trimestre y nos informaría de los contenidos del segundo trimestre y de las posibles salidas y excursiones programadas.

Pero la «seño» empezó la charla con un «hoy nos acompaña la orientadora de infantil, porque es una clase que tiene muy mal comportamiento«. Me quedé planchada. Era lo que menos me esperaba escuchar. Evidentemente, cada uno sabe cómo es su hijo, pero no esperaba oír eso del conjunto de la clase.

A modo de resumen, nos dijo que los niños chillaban, se molestaban entre ellos, o se pegaban por sentarse en un sitio o en otro. Ella no tiene sitios asignados en el aula, pero a raíz de lo que ha visto, sí que los ha asignado. Ya verá a lo largo del curso si deja los sitios fijos o no.

A continuación, os describo los principales puntos que se trataron en la reunión para poder gestionar la frustración de nuestros hijos.

Establecer rutinas

No me voy a extender mucho en este punto, puesto que ya escribí un post sobre la importancia de las rutinas en nuestra vida diaria. Pero uno de los puntos fuertes de las rutinas es que al niño le dan seguridad saber qué es lo que va a pasar a continuación. Eso le generará tranquilidad y evitará situaciones de estrés y frustración que nos sepamos gestionar.

Asertividad y disciplina positiva

Cualquier cosa que les digamos a nuestros peques tiene que ser dicha con seguridad, sin que nos tiemble la voz. Pero sin gritos. Hay que evitar caer en el histerismo. Nuestra actitud debe ser clara y sencilla desde un primer momento. Los niños nos imitan en todo, somos su espejo y en él se reflejan y hacen los mismo que nosotros. Si nosotros les chillamos para regañarles por algo que han hecho mal, ellos chillarán cuando en clase algún compañero les quite un juguete.

La asertividad y la disciplina positiva son dos conceptos que se dan la mano. Ambos muy necesarios en la educación de nuestros hijos. Os dejo un cuadro resumen, porque una imagen vale más que mil palabras.

Cuánto más asertivos y amables seamos con nuestros hijos, más nos acercamos a la disciplina positiva. En el lado opuesto, estaría el abandono de los niños. Por otro lado, si pecamos de firmeza con los niños, seremos autoritarios con ellos, mientras que un exceso de amabilidad, nos convertirá en padres permisivos.

Poner límites

Este fue uno de los puntos clave de la reunión. A los niños, hay que ponerles límites desde pequeños. Porque de lo contrario, les empiezas dando la mano y terminarán cogiéndote el brazo.

Quiero explicarme, que esto puede sonar un poco fuerte sacado de contexto. Hay que enseñarles desde pequeños lo que pueden y no pueden hacer. Un ejemplo para que se entienda mejor. Si vemos que nuestro hijo se está subiendo a una mesa, debemos advertirle que si se sube hasta arriba, puede caerse y hacerse daño. Si se lo permitimos, puede ocurrir que le de por subirse a todo lo que le venga bien y terminemos lamentando un accidente.

No hace falta gritarles para darles indicaciones, muchas veces con un acto simple y certero es suficiente. Por ejemplo, les vemos coger el bote de la lejía, se lo quitamos con un gesto firme y lo ponemos lo más lejos de su alcance posible.

Poner límites es necesario para gestionar la frustración de niños que cuando sean adultos puedan convertirse en tiranos. Esto me lleva al siguiente punto.

Trabajar la paciencia

Vivimos en una sociedad en la que obtenemos lo que queremos en cuestión de minutos y los niños no van a ser menos. Siempre tenemos un dispositivo a mano que en cualquier momento nos permite consultar la información que podamos necesitar.

Así, los niños piden y acostumbramos a darles lo que sea en ese momento. Sin embargo, pueden llegar a darse situaciones en las que esa inmediatez no sea posible. Por ejemplo, a cuántos no os ha pasado que estáis atendiendo a uno de vuestros hijos (dándole el pecho, cambiándole el pañal, haciendo los deberes,…), viene otro a pediros algo. O estáis en el parque hablando con otros papás y mamás y os interrumpen la conversación «mamá, mamá, mamá

En esas situaciones, es probable que no les podáis atender con la inmediatez que ellos os demandan, lo cual a continuación se desencadena un bucle de gritos, lloros, tirones de ropa,…

La paciencia también se enseña y se aprende. Hay que entrenarla como todo. En esas situaciones, hay que decirles a los niños que esperen un poquito, que en ese momento no podéis atenderlos. Si a los niños no les enseñamos a tener paciencia, más adelante podrán verse frustrados en muchas situaciones habituales de la vida adulta, como por ejemplo, esperar el bus o el turno en la pescadería.

Los niños deben aprender a tolerar pequeñas dosis de frustración y eso se aprende trabajando la paciencia.

Restringir el uso de las pantallas

Uno de los problemas que nos comentó la tutora de la clase del pequeño guerrero es que los niños pierden el interés rápidamente de lo que están haciendo, excepto cuando les pone la pantalla inteligente, que se quedan hipnotizados. Salta a la vista que están sobre-estimulados y que tienen de todo.

Nos comentaron que a veces se abusa del uso de las pantallas (televisión, móvil o tablet) para que nos dejen un rato de tranquilidad que nos permita a los adultos hacer otras tareas en casa.

Aquí se abrió el debate. Algunos padres comentaron que ellos ven la tele mientras cenan, y que el niño está con ellos, preguntaron si eso contaba como ratos de estar con pantallas de su hijo. Evidentemente, la orientadora le dijo que sí y la mamá contestó «es que sino, nosotros no vemos las noticias». A esto otra mamá añadió que ellos ven las noticias con su hijo y que si su hijo le preguntaba, ella le contaba la noticia de manera que fuera comprensible para el niño. Aquí la orientadora cortó de raíz el debate: las noticias no son un contenido apto para niños.

Coherencia

Fundamental. Coherencia en varios sentidos: entre los padres, estamos en el mismo equipo y tenemos que remar ambos en la misma dirección. Si uno pone un castigo, el otro no puede llegar y levantar el castigo o suavizarlo.

También hay que ser coherentes en los castigos, deben ser proporcionados a la actitud que queremos corregir.

Vídeos

La orientadora, durante su charla, nos puso dos vídeos relacionados con los límites y , que os pongo a continuación por si os pueden ser útiles.

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13 comentarios sobre “Trabajando la frustración”

  1. Muy buen post y muy interesante. Podría decirse que estoy de acuerdo con todo lo que propones. Hay que ayudar a los peques a tolerar la frustración, porque sino lo pasarán bien mal en la vida adulta.
    Un abrazo

  2. Me ha gustado mucho el post, cuánta razón y qué necesario es cumplir todo lo posible esos puntos. Me parecen pilares básicos para una educación coherente y aportan sin duda beneficios claros. Rutinas, disciplina positiva, límites… Importantísimo! También yo tengo varios post dedicados a ello. Y sí, lo de las pantallas y la TV nos puede parecer que no pero sí influye y mucho. Por supuesto, si están los peques nada de contenidos no acordes con su edad

  3. Muchísimas gracias por compartir esas pautas tan necesarias y útiles. El tema de las pantallas, en casa con tablets y móviles lo tenemos controlado ya que no lo usan nada, pero ayyyyy la televisión, ¡qué poder tiene!
    Lo de las rutinas es imprescindible, en casa tenemos realizado un pequeño esquema para cada día y menudo cambio notamos con mi hijo mayor al seguirlo a rajatabla… son necesarias.
    Espero que todos estos consejos, os hayan servido y mejore la clase que también es muy importante!!

  4. Debo reconocer que a mi me cuesta un montón mantener la calma en ocasiones y al final el peque se pone a gritar imitándome 🙊
    Tengo que ser más consciente, pero me supera tanto cansancio y las 24 horas tan absorbentes.
    Nada, no me lío más, que el post es una herramienta muy buena para nosotros, muchas gracias. Un abrazo!!

  5. Es un post muy interesante que nos viene fenomenal, porque a nuestra hija le cuesta todo este tema. Siempre ha necesitado mucho las rutinas y a ella le han ayudado mucho. Estos días estamos intentando mantenerlas para no descolocarla. Muy buena info en el post, gracias!

  6. Excelente post! No puedo estar más de acuerdo contigo, el tema de poner límites creo que es algo fundamental, que muchas veces por pensar que son pequeños los dejamos hacer y luego puede haber accidentes como bien dices. Muchas gracias por compartir tu experiencia cielo. Un abrazo

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