Hasta el 21 de junio es primavera, o eso dice el calendario. Pero nos ha llegado una ola de calor que nos ha adelantado el verano a marchas forzadas. Este año lo de «Hasta el 40 de mayo, no te quites el sayo» se ha adelantado unos cuantos días este año.
Es normal que en junio, puesto que vamos hacia el verano, haga cada día más calor, pero esta ola de calor sahariano es demasiado. Nosotros vivimos en el centro de la Península, llevamos unos días rozando los 40º C de máxima y por las noches no sabemos lo que es refrescar, puesto que las mínimas están rondando los 22ºC, vamos, lo que vienen siendo las máximas diurnas por el norte de España.
El calor provoca que estemos como más cansados, que funcionemos a cámara lenta (evitamos quemar calorías, por eso comemos más ligero), pero también nos vuelve más irascibles. Y el pequeño no es una excepción.
Precisamente, ahora, que parecía que iba entrando en rutinas (ya os lo conté aquí), llega el calor y nos lo desbarata todo. Le cuesta dormirse una barbaridad, cuando antes le echábamos en la cuna y se dormía solito, ahora hay que estar acunándole hasta que se duerme y no sólo eso, sino que llega a despertarse varias veces. Por no hablar de la siesta, mejor ni mencionarla. Si ya de habitual le cuesta dormirse la siesta o que haga una siesta más o menos larguita, ahora si duerme media hora nos podemos dar por contentos.

También está más llorón, más inconsolable. Puede entretenerse con algo, pero enseguida pierde el interés y vuelve a lloriquear. Al principio, le dábamos más importancia ¿tendrá hambre? Come más o menos bien, excepto la merienda, la fruta le está costando mucho.
¿Sed? Por supuesto, le ofrecemos agua de forma regular, tiene un vasito de aprendizaje, pero el agua no le hace ni pizca de gracia. Cuando ve la boquilla, que es parecida a la tetina de un biberón, se emociona y parece que quiere agua, pero enseguida quita la cara y a veces conseguimos que tome varios sorbitos
¿El pañal sucio? Es una opción, pero si ya le has cambiado y sigue llorando ¿qué queda? Pues nada, intentar entretenerle, cogerle en brazos, pasearle por la casa, cambiarle de la hamaca al parque y vuelta a la hamaca…
Últimamente, como sus siestas son escasas, se nos duerme en el paseo, porque aunque estemos a 40ºC hay que salir de paseo, por su salud mental y la tuya. Y entonces, se queda dormido, microsiesta de 20-30 minutos… que si antes no nos importaba, ahora sí, porque nos cuesta mucho más dormirle.

Hemos pensado que puesto que parece que es el calor lo que tiene al pequeño nervioso, le vamos a poner una piscinita hinchable en la terraza. Como disfruta mucho del baño y además desgasta energía, veremos si esta solución casera le hace más llevadero este calor. No me cabe tampoco ninguna duda de que el mayor también querrá meterse. De lo que ya no estoy tan segura es de si cabrán los dos.
Conclusión: nos queda un largo verano por delante, y los calores no acaban más que empezar. A ver si ya nos estrenamos con la piscina de verano y por lo menos estamos más fresquitos.
¿Vuestros peques, cómo llevan el calor? ¿Qué hacéis para aliviarles? ¿Les afecta en su día a día?