Ya os conté en otro post, aquellos productos de puericultura que no han resultado como esperábamos. Hoy os cuento qué productos de puericultura nos han terminado resultando imprescindibles. Y no, no os voy a contar ni cómo es nuestro capazo, ni nuestra silla de paseo, ni la silla del coche.
La hamaca
Yo, al principio, no tenía una opinión hecha al respecto. Nos la regalaron cuando nació el mayor y la utilizamos, pero más bien poco, porque la teníamos en otra casa que no era nuestra residencia habitual. Además, el mayor en cuanto fue capaz de sentarse, la hamaca como que no le atraía mucho. Como mucho, se dormía alguna siestecilla ahí.

Nuestra hamaca es muy chula, tiene tres posiciones y pasa de ser un capazo a estar casi sentado. Con lo que da para un uso bastante extenso en el tiempo. Además, la hamaca puede ser mecedora o quedarse quieta, según como le coloques las patas.
Pero llegó el pequeño, y la hamaca ha sido un elemento más en nuestra decoración del salón, hasta hace unas semanas. Nos vino de lujo cuando el pequeño llegó a casa del hospital. Al dormir, hacía unos ruiditos como de puerta sin engrasar muy molestos que no dejaba dormir a nadie, así que nos turnábamos para dormir con él en el salón.
Según ha ido creciendo, la hamaca ha ido evolucionando con él, hasta terminar siendo su principal puesto de observación. Le sentábamos en la hamaca y desde ahí observaba a su hermano jugar, le tenía muy entretenido.
Aunque ocupaba un buen sitio en el espacio, era fácil de trasladar. Hasta el mayor un día, empujándola, consiguió llevarla del salón a la cocina para que el pequeño no se sintiese solo.
La hamaca nos ha hecho un gran servicio durante prácticamente un año. De no haber tenido la hamaca le habríamos tenido que tener primero en el capazo y luego en la silla de paseo o en la trona.
El parque
No me estoy refiriendo al de los columpios y la arena. También fue un regalo de un grupo de amigos cuando nació el mayor. Además, nos regalaron uno grandecito, gemelar. Evidentemente, al principio los bebés no hacen gran cosa en el parque, así que nosotros le metimos en el parque el típico gimnasio con arcos. Cuando ya fue capaz de estarse sentadito, le metíamos otros juguetes. Podía estar entretenido en torno a una hora, así que daba tiempo a hacer cosas por la casa.
Cuando el parque se le empezó a quedar pequeño, lo usábamos de almacén de juguetes, así conseguimos mantener cierto orden en el salón.

Con la llegada del pequeño y desde que es capaz de estar sentado, estamos repitiendo la experiencia y con éxito. Se entretiene muchísimo. Además, da igual en qué momento del día esté en el parque, que se entretiene. No como su hermano, que sólo aguantaba el parque el ratito matutino. El pequeño siempre gruñe un poco cuando le dejas en el parque, pero se le pasa rápido, en cuanto algún juguete atrae su atención.
Ahora, además, el mayor a veces también quiere entrar en el parque con su hermano. Se ha buscado la manera de meterse en el parque sin tener que pedir nuestra ayuda. Cada uno suele jugar con algo diferente pero no quita que alguna vez se quiten los juguetes, sobre todo, el mayor al pequeño (hasta que éste sea capaz de defenderse).

El sacaleches
Con este aparato tengo una relación amor-odio. De amor, porque con el pequeño ha sido fundamental sobre todo durante su estancia en neonatos. De odio, porque es ruidoso, a veces doloroso y a veces hasta frustrante. Pero, en mi caso, me ha reportado más ventajas que inconvenientes por eso lo incluyo en este post.
Con el mayor, lo usé esporádicamente, para vaciarme tras alguna toma o cuando se saltaba alguna toma. Aún así, conseguí hacer una pequeña, pequeñísima reserva. Con el pequeño, lo estuve usando cada 3 horas durante dos meses y medio y sí que conseguí hacer una reserva decente. Nunca me ha dado para hacer donaciones a un banco de leche. Desde que el pequeño llegó a casa, apenas lo usé, puesto que lo poco que producía se lo tomaba él.
En este post, te cuento nuestra experiencia con la lactancia del pequeño.
¿Para vosotros, qué productos de puericultura han sido fundamentales? ¿Añadiríais alguno a la lista?
1 pensamiento sobre “Puericultura: productos que nos han venido muy bien”