Puy du Fou ha llegado a España, más en concreto, a Toledo. A tan solo unos kilómetros de la capital toledana, han abierto un parque temático dedicado a la historia de España. Es un parque diferente, es otro concepto. Si vais buscando atracciones mecánicas, no las encontraréis. Eso sí, los espectáculos que ofrecen a lo largo del día y el nocturno son espectaculares.
Seguid leyendo, os cuento el día tan estupendo que pasamos en Puy du fou España recorriendo nuestra historia desde la Edad Media a la actualidad.
El parque
El parque abrió en 2020. Creo que tuvo que retrasar un poco su apertura por la pandemia. El primer año solo ofrecía entradas para ver «El sueño de Toledo«, el espectáculo nocturno. En 2021, ya abrió ofreciendo más actividades y servicios: espectáculos de día, restauración y tiendas de recuerdos.
Puy du Fou es una empresa francesa. En 1978, abrió el parque temático en Les Epesses (Región del Loira). Ante el éxito recibido (es el segundo parque temático más visitado de Francia, después de Disneyland París), decidió exportar su fórmula y aterrizó en Toledo. La diferencia con el parque francés es que el español aún está en proceso de desarrollo, habrá que esperar un poco para ver el parque en su plenitud. Mientras tanto, nos ofrecen unos espectáculos únicos.
Es probable que a lo largo del post leáis muchas veces adjetivos como único, indescriptible, magnífico o estupendo, porque la verdad es lo que me sale.

Nuestro día en Puy du Fou
Lo primero que he de decir es que nosotros solo hemos visitado Puy du Fou durante el día. Para el pase nocturno, las entradas estaban agotadas (así tenemos excusa para volver en otra ocasión)
Fieles a nuestras costumbres, llegamos al parque temprano. Tan pronto que tuvimos que esperar a que abriesen el parking y aún así no fuimos de los primeros en entrar.
El acceso a Puy du fou
De momento, es necesario disponer de vehículo particular. Por supuesto, se puede acceder en taxi. Pero aún no hay autobuses lanzadera, por ejemplo, desde Toledo ciudad al parque.
El parque está a unos 15 kilómetros y desde la ciudad imperial se tardan aproximadamente unos 15-20 minutos.
El parking es amplísimo, pero no busquéis sombra, porque los arbolitos que han plantado aún son muy jóvenes y la sombra que dan es muy escasa. Eso sí, han puesto lonas y algunos espacios cubiertos para protegerse del sol. Así que es muy recomendable que llevéis gorras, sombreros,…
Desde el parking hasta la puerta del parque hay un tramo de unos cinco minutos largos. A lo largo de todo el recorrido tanto dentro como fuera del parque hay postes con gel hidroalcóholico y se recuerda el uso de la mascarilla (ojo, que aunque no sea obligatoria al aire libre, en este caso debe utilizarse, porque es difícil guardar las distancias de seguridad).
Los espectáculos
Antes de nada y como recomendación es que cuando entréis en el parque os hagáis con un mapa y un papelito con los horarios de los espectáculos. Los horarios varían dependiendo del día y si es fin de semana o festivo. Teniendo en cuenta que es más que recomendable estar en la fila de acceso al espectáculo media hora antes de que empiece el espectáculo, está bien organizarse y establecer un orden para poder ver todos los espectáculos y disfrutar al máximo del parque. Tranquilos, no os voy a dar detalles para no hacer «spoiler«, creo que el factor sorpresa juega a nuestro favor.
Según entras en el parque, llegas al «Arrabal«, es decir, un barrio a las afueras de la ciudad. Hay varios sitios para tomar algo o pasear. Fue el momento que nosotros elegimos para organizar nuestra visita mientras yo me tomaba un café.
En esas estábamos, decidiendo cómo organizar nuestra visita para aprovechar el día al máximo cuando la comitiva real llegó a caballo anunciando su llegado con trompetas. Con su llegada, se abren las puertas de la Puebla Real, lo que yo llamaría el centro neurálgico del parque: abren las tiendas, negocios, los comerciantes os ofrecen sus productos, y de repente no sabes cómo, acabas de trasladarte a la Edad Media.
Hay 3 espectáculos «sentados», una exhibición y varios monólogos. Cuando digo «sentados» es que son en gradas o en teatro. El primero de ellos es «Cetrería de reyes«, un espectáculo de aves muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver. Presentan un graderío al aire libre, con un escenario entre ambas gradas, donde se desarrolla la acción. Actores y adiestradores van vestidos de época, lo que contribuye a que te metas aún más en la historia. Fue el primer espectáculo que vimos, por horario nos convenía hacerlo así. Y salimos con muy buen sabor de boca. También es la ubicación más alejada del centro del parque.

Espectáculo «Cetrería de Reyes»
A continuación, fuimos a ver «A pluma y espada«. Es un espectáculo maravilloso, también muy diferente. De la mano de Lope de Vega vamos disfrutando de la escenografía, la historia, el argumento, los personajes, el entorno,… En este caso, el espectáculo es cubierto. Sin duda, marca porque en casa los peques siguen hablando de Lope.
Cuando salimos de ahí, fuimos a ver la exposición «Allende la mar oceana«, que relata la historia de Colón y el descubrimiento de América. El detalle de la exposición, los actores,… hacen la travesía por el océano muy interesante (aunque a los marineros de entonces no les pareciese lo mismo)
A la salida de esta exhibición, nos encontramos con un sereno de finales del siglo XIX, principios del siglo XX, comentando en un tono muy simpático, los avances tecnológicos de la época, como la llegada del tren o la electricidad. Pertenece a una serie de monólogos que encontraréis a lo largo y ancho del parque, es el «vagar de los tiempos»
Y llegó la hora de comer. Tanto en la Puebla Real como en el Arrabal se puede disfrutar de una amplia oferta gastronómica para todos los gustos y edades. Recuerdo que camino del espectáculo de las aves, pasamos por unas parrillas que removieron nuestros jugos gástricos. Después de ponerse las botas, os recomiendo dejar un hueco en el estómago para un heladito o un dulce típico. Es posible que mientras estéis disfrutando de vuestro helado el pregonero os recuerde las normas para «visitar la Puebla Real».
Por la tarde, disfrutamos del último espectáculo que nos quedaba por ver: «El último cantar«, que relata la vida de Don Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador. Un espectáculo también muy original y muy bien representado. Tanto que desde que mi hijo mayor lo vio quedó tan impresionado que cuando juega imagina que es un caballero medieval. De hecho, él volvió unos días después con el cole y se compró un casco. Unos días después, como premio por sus buenas notas, nosotros le compramos una espada y un escudo de madera y va por el patio luchando contra «malos» imaginarios.
Mis recomendaciones para visitar Puy du Fou
Ante todo, y como siempre os comento en mis posts relacionados con planes con niños, calzado y ropa cómoda. Os aviso que entramos en un pueblo medieval, cuyas calles y plazas no están asfaltadas ni cementadas, es decir, todo es tierra, así que os volveréis a casa con un poco de polvo en los zapatos.
El parque es plenamente accesible, tanto los espectáculos como las sendas. Carritos de bebé y personas en sillas de ruedas no tendrán problemas en acceder a cualquier parte del parque.
Dado que el parque está abierto en los meses más calurosos del año es aconsejable llevar agua en la mochila. De todos modos, allí podéis comprar agua o algún refresco llegado el caso.
En línea con lo anterior, diría que el uso de gorra, sombrero o similar es más que necesario, sobre todo para los peques. Quitando los espectáculos de «A pluma y espada», el de El Cid y la travesía de Colón, que son cubiertos, todo lo demás es al aire libre. Los arbolitos que han plantado al inicio de la temporada son aún pequeños para esperar que den una buena sombra. Sin embargo, la entrada a los espectáculos están cubiertas para evitar insolaciones durante la espera.
Para ir abriendo boca, os dejo el trailer oficial del parque (esto no es una colaboración)
Para más información sobre venta de entradas y tarifas, os dejo el enlace a su web.