Hace unos días celebramos el bautizo del pequeño. Todo un acontecimiento en su corta vida. Se portó muy bien, no dio ni un ruido en la iglesia ni siquiera cuando le echaron el agua por la cabeza, estuvo bien despierto. Yo creo que no quería perderse detalle.
La celebración de después de la iglesia fue en Venta de Aires (@Venta_de_Aires , de Toledo). Ya celebramos el bautizo del mayor en este restaurante y quedamos tan contentos que decidimos repetir. Es un restaurante con solera en Toledo, con un gusto exquisito y el servicio excelente. Por no hablar del menú, todo riquísimo. Cuidan todos los detalles. A los niños, les pusieron un menú infantil. Nos pusieron en un apartado, la galería de cristal, en la que estábamos nosotros solos. Si hubiese que poner algún pero, es que una de las mesas, que quedaba un poco más ladeada tenía poca iluminación.

Durante la cena, el pequeño también aguantó bastante bien. Aunque el ajetreo de ir de brazo en brazo, de fotos, ruidos,… le tenía un poco excitado y le costó dormirse. Pero al final, cayó rendido y durmió hasta por la mañana.
Un bautizo es una celebración que cada uno toma de una manera, para unos es un compromiso, para otros es una fiesta, otros lo consideran un acontecimiento social, pero siempre es una excusa para reunir a la familia.
Aprovecho para enseñaros algunos de los regalitos que le hicieron al pequeño.





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