Después de las vacaciones, la vuelta a la rutina es casi hasta necesaria, para todos, niños y adultos. Con la llegada del mes de septiembre, llega la vuelta al cole y a las rutinas. Aunque para el mayor ha sido más duro que para el pequeño. Nosotros solemos ser bastante estrictos con los horarios durante el periodo escolar, tanto que me he llevado el título de «madrastrona» más de una vez y alguna que otra crítica. Sin embargo, como ya os conté en el post sobre la importancia de las rutinas, a nosotros nos va bien y si algo funciona, ¿para qué cambiarlo?
La vuelta a las rutinas de los niños
Desde finales de julio, el mayor dejó de ir a la guarde y durante el mes de agosto ha estado en casa. Con unos horarios más flexibles de lo habitual, comiendo a horas muy diferentes, e incluso comiendo fuera de casa, durmiendo siestas eternas (de 3 y 4 horas, sin exagerar), acostándose más tarde de lo habitual y haciendo un montón de actividades muy diferentes a las que está habituado. Así que la vuelta a los horarios ha sido dura. A esto hay que añadir, que justo la semana de antes de empezar el cole fueron las fiestas en el pueblo de papá, así que un descontrol total.
Además, ha empezado el «cole de mayores» con lo cual tiene profe nueva, compañeros nuevos (no coincide en el cole con ninguno de sus compañeros de la escuela infantil) y rutinas nuevas en el aula.
Para el pequeño ha sido todo una novedad detrás de otra… Ha empezado la guarde, con lo cual ha iniciado un montón de nuevas rutinas: de comidas, de siestas, de jugar, de horarios,…
Las rutinas de los adultos
Los adultos también hemos incorporado nuevas rutinas a nuestras vidas. Por las mañanas se encarga mi marido de darles el desayuno y de llevarles al cole. Yo les recojo cuando vuelvo de trabajar. La comida y la siesta la hacen en el cole, con lo cual ya no hay las 2-3 horas de siesta que de media se echan en casa. Y eso pasa factura, porque al final de la tarde ya están pesados.
El baño y la cena los hemos ido adelantado de hora, poco a poco. Aunque al mayor es difícil engañarle, porque ya entiende cuando es de día y es de noche.
Con dos niños pequeños de 1 y 3 años, hay que dejar lo menos posible a la improvisación, sobre todo por las mañanas, así que por la noche dejamos preparado lo máximo posible: el almuerzo del mayor, las mochilas, algo de abrigo para por la mañana que aún hace fresco,…
Por otro lado, ninguno de los dos ha tenido periodo de adaptación, ni en el cole ni en la guarde. En la guarde nos dijeron que entienden que los padres trabajen y que no siempre es fácil coordinar un periodo de adaptación con las familias. En cuanto al mayor, nos dijeron que si bien no hay periodo de adaptación durante el mes de septiembre serían algo flexibles con ciertos aspectos, como por ejemplo, las comidas, llevar algún juguete de apego o incluso durante la primera semana de clase, podrían ir menos horas.
¿Qué tal ha sido vuestra vuelta a las rutinas?
Hola!!! Creo que ajustar horarios y ser un poco mandona es necesario. Mi hija todavia es muy bebé y con una sonrisita hace conmigo lo que quiere, pero en el tema rutinas soy también estricta. Mi vuelta también era casi necesaria despuéa de un mes, dondr más lo he notado ha sido en el tiempo que aquí es horrible. Un abrazo grande!!