¡Un espejo! ¡El pequeño lo encuentra divertidísimo! Es entrar en el ascensor, verse reflejado y soltar la carcajada. Desde su bañerita del baño, puede verse en el espejo y le parece lo más.
Una de las formas más sencillas de arrancarle una sonrisa es ponerle delante de un espejo. Sonríe, ríe a carcajadas y echa los brazos al bebé que se refleja en el espejo. Aún no tengo claro si es que empieza a ser consciente de su propia imagen o se piensa que es un compañero de juegos. Le hace gracia hasta verse reflejado en los escaparates.
Muchas de las mantitas de juegos traen un arco donde se cuelgan juguetes y un espejo. Al pequeño siempre le ha llamado mucho la atención, supongo que por verse reflejado o ver el reflejo de una imagen en movimiento. O tal vez porque el espejo refleja la luz y eso siempre le ha atraído mucho. Cuando era muy bebé, siempre tenía la cabeza girada hacía la ventana, lo que provocó que le pusiésemos una almohadita ergonómica para que no se le aplanase la cabeza por ese lado.

Aquí podéis ver otros descubrimientos del pequeño:
¿A vuestros peques les gustan los espejos tanto como al pequeño?
Cuantos recuerdos, la mía era de espejos a todas horas, espera, sigue siendo de espejos a todas horas, pero ahora lo usa para bailar jajaja. Es muy bonito verles descubrir cosas nuevas.
Un beso!!